4 jul 2010

Alemania fue otra vez el verdugo del sueño argentino

El sueño de la Selección Argentina en el Mundial de Sudáfrica sucumbió nuevamente en los cuartos de final ante una Alemania poderosa que no le perdonó sus desacoples defensivos. En Ciudad del Cabo, el conjunto dirigido por Diego Maradona fue goleado por 4-0 y se despidió con una imagen plagada de tristeza e impotencia. La propuesta ofensiva no tuvo éxito por el nivel inestable de las principales usinas de fútbol, con Lionel Messi a la cabeza, y los graves desacoples para recuperar la pelota. Thomas Müller, Miroslav Klose, en dos oportunidades, y Arne Friedrich marcaron para los teutones, que jugarán por semifinales ante España o Paraguay. Las suposiciones previas en torno a quién iba tener la iniciativa del partido se consumieron a los pocos segundos del pitazo inicial. Alemania mostró su faceta más temible: juego veloz por las bandas, toques cortos prolijos y una férrea presión para recuperar rápido la pelota. Apenas habían pasado dos minutos cuando los teutones le asestaron un mazazo demoledor a Argentina. Schweinsteiger ejecutó un tiro libre desde la izquierda y Müller logró despegarse de Otamendi para conectar el balón con un cabezazo que Romero no pudo contener. Por primera vez, el equipo de Maradona arrancó abajo en el marcador. El tanto prematuro potenció todos los problemas de la Selección, que dejó al desnudo su preocupante falta de marca en el mediocampo y tuvo muchísimas falencias de coordinación. También se lo notó demasiado nervioso a Otamendi, un auténtico cúmulo de errores durante los primeros minutos. Y Alemania, guiada por Schweinsteiger, coqueteó con el segundo gol en varias oportunidades. Además de ser desequilibrante en ataque gracias a su picante juego por las bandas, el conjunto europeo también supo encimar a Messi y a Tevez para que no pudieran despegar en velocidad en las réplicas. Un plan perfecto. Todo empezó a cambiar recién a los 15 minutos, cuando Messi logró alejarse del doble cinco rival para tejer sociedades con Tevez, Di María y Maxi Rodríguez. A los 21, la Pulga le dio un gran pase al Apache, que entró solo al área pero no pudo con el anticipo del arquero Neuer. La mejoría de Argentina se incrementó a los 25 gracias a una efectiva movida táctica: Di María cambió de franja con la Fiera y pasó a la derecha para aprovechar su perfil. A los 32, el rosarino estuvo a punto de igualar luego de otra asistencia de Messi, mientras que a los 36 fue anulado un gol de Higuaín por un evidente offside. El lateral izquierdo, custodiado por Boateng, fue el sector donde la Selección halló espacios para herir. Aunque Alemania debió resignarse a compartir la tenencia del balón, jamás perdió el filo de sus ataques. El esfuerzo titánico de Mascherano, que caminó por la cornisa de la expulsión, no bastó para contener a Müller y Podolski. Las carencias de marca de Argentina quedaron al descubierto cada vez que los germanos se asociaron en velocidad. En las dos situaciones más nítidas, Klose y Müller perdonaron y estiraron la esperanza nacional. Aun con pocas ideas y muchos riesgos, Argentina nunca renunció en su búsqueda. Claro que todo es más arduo cuando hay poca elaboración y el vértigo es la única arma viable para dañar. En el complemento, ambos equipos se abrocharon los cinturones para acelerar en un duelo de ida y vuelta. En esa vorágine pura, la Selección pareció quedar mejor parada y contó con las mejores oportunidades en los primeros 20 minutos. Di María mantuvo su buen trabajo por derecha, Messi y Tevez mostraron chispazos e Higuaín estuvo activo por todo el frente de ataque. Pero la falta de contundencia, fundamentalmente del Pipita, le impidió a Argentina estampar el merecido empate. En cambio, Alemania no tuvo piedad y amplió la ventaja a los 22 por intermedio de Klose, que aprovechó una asistencia de Podolski por la zona derecha argentina. Inmediatamente, Maradona mandó a la cancha a Pastore y desarmó la línea defensiva de cuatro jugadores. Una maniobra entendible por los apremios que reinaban en ese momento. Ante esta concesión, Alemania respondió con todo su poder de fuego. Schweinsteiger penetró la defensa y le cedió el tercer gol a Friedrich seis minutos después. El temible artillero Klose, que quedó un gol del récord de 15 de Ronaldo en Mundiales, selló la abultada diferencia a los 43, después de un contragolpe que condujo bien Özil. En tanto, todos los tibios intentos de Argentina terminaron muy desviados o en los guantes de Neuer. Este equipo que supo potenciar la ilusión de todo un pueblo desde el 12 de junio cayó de pie ante un rival que no le perdonó todos esos desajustes que antes habían quedado maquillados. Los riesgos de apostar por un esquema con poca elaboración y mucha explosión quedaron a la vista y quizás ése será el primer reproche para efectuar. Aunque vale destacar que éste mismo elenco fue uno de los pocos en el Mundial que mantuvo a rajatabla su postura agresiva, más allá de cualquier rival. El ansiado tercer título volverá a quedar postergado una vez más y la tristeza lastima a cada hincha albiceleste. Es tiempo de procesar las razones de un nuevo paso en falso y elegir el camino a seguir.

ARGENTINA: 0
Sergio Romero; Nicolás Otamendi (Javier Pastore 70'), Martín Demichelis, Nicolás Burdisso y Gabriel Heinze; Maxi Rodríguez, Javier Mascherano y Angel Di Maria (Sergio Agüero 75'); Lionel Messi, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín. DT: Diego Maradona.

ALEMANIA: 4 (Müller 3' PT, Klose 23' ST y 44' ST y Friedrich 29' ST).
Manuel Neuer; Philipp Lahm, Per Mertesacker, Arne Friedrich y Jerome Boateng (Marcell Jansen 72'); Sami Khedira (Toni Kroos 77'), Bastian Schweinsteiger, Mesut Özil y Thomas Müller (Piotr Trochowski 84'); Lukas Podolski y Miroslav Klose. DT: Joachim Löw.

FUENTE: TyC Sports.

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