5 may 2010

La polémica quedó instalada

A las palabras se las lleva el viento. Seguramente aquellos viejos dirigentes que fundaron la Liga Rafaelina en el año 1922, o los que la reorganizaron en 1940, no estarían para nada de acuerdo con la situación suscitada en los últimos días entre dos de sus clubes integrantes, donde uno de ellos no respetó un pacto de caballeros refrendado en la propia sede del fútbol rafaelino. En el Boletín Oficial 2419 del 23 de marzo se publicó textualmente: "Pacto de compromiso: atento al informe expuesto por el representante del Club SP. Ben Hur acerca de la situación que se les ha presentado ante el reclamo judicial por parte de algunos padres exigiéndole la libertad de acción de sus hijos mediante la patria potestad, los representantes de todas las instituciones que integran el Torneo del Grupo Uno por unanimidad decidieron lo siguiente: 'Instar a los padres de los chicos que efectúen los trámites de los pases mediante el diálogo entre ellos y la institución o directamente entre la dirigencia de las dos instituciones. Por otra parte se deja establecido un Pacto de Compromiso mediante el cual ninguna institución fichará para sus planteles a jugadores que hayan conseguido su libertad mediante la utilización de la patria potestad, sin que ello implique de modo alguno negar los derechos de inscripción por parte de alguna institución afiliada de algún jugador en estas condiciones'. Este pacto de palabra fue aprobado también de manera unánime en la sesión del Consejo Directivo y el citado boletín resalta además "en forma especial en lo referente al Pacto de Compromiso del cual se hacen eco todas las Instituciones afiliadas a la Liga", incluyendo a las de los Grupos B y C. El 27 de abril, el Boletín 2424 informó de los pases de los jugadores Emanuel Aragno, Dangelo Restelli y Facundo Parra, de Ben Hur a Atlético. El primero en forma definitiva y los restantes a préstamo hasta diciembre de 2013. La particular situación de Ben Hur, con un convenio firmado con Colón de Santa Fe donde las divisiones inferiores son el eslabón fundamental, generó una atención especial sobre este tema, sobre todo dentro de la propia institución del Parque donde quedó cuestionada la Comisión Directiva por autorizar las sesiones. Las cuestiones de rivalidad generadas en los últimos años, contribuyeron en parte. Sin embargo, aparecieron en las últimas horas elementos de análisis que no pueden pasarse por alto. En primer lugar, los padres de los jugadores no tenían interés en que sus hijos sigan jugando en Ben Hur y tampoco practicaban en la institución. De hecho, Aragno el año pasado ya había estado a préstamo en Peñarol. Queda claro que no se cuestiona la decisión familiar, ya que busca lo que creen es mejor para sus hijos. No obstante, también es entendible que los clubes defiendan su patrimonio, que en este caso son los chicos. Recurrir al recurso legal de la patria potestad en este ámbito, el deportivo, es una decisión discutible y cada vez más frecuente en el negocio del fútbol. Sobre el filo del cierre del libro de pases, Ben Hur y la Liga Rafaelina recibieron una intimación judicial para otorgar el pase a estos jugadores, amparándose uno de los padres en esta figura legal, donde además se expresaba que debía ficharse en Atlético de Rafaela. Posteriormente, se llevó a cabo una negociación condicionada desde todo punto de vista. Tanto en plazos como en desigualdad desde el plano jurídico, y los chicos, por lógica consecuencia, terminaron recalando en la Crema. Para Ben Hur era este acuerdo (Aragno transferido en forma definitiva en 4.500 dólares y los demás chicos en una operación combinada, con opciones de compra escalonadas). Como lo publicara este Diario en la víspera, no es un dato menor que uno de ellos sea el hijo del Coordinador de divisiones inferiores, José Restelli, tomándose como referencia que es un profundo conocedor del tema. Queda claro que nada garantiza que estos juveniles lleguen a ser grandes jugadores en unos años, quizás sí, quizás no. Hasta el negocio que realizó Ben Hur pueda ser satisfactorio. Lo que se cuestiona son las prácticas que son cada vez más moneda corriente en el fútbol actual. Salvo honrosas excepciones, todos los clubes con mayor poder -ya sea deportivo o económico- a la hora de "captar" un chico de otra institución inferior, no deciden hablar primero con los dirigentes. Lo hacen con el padre del jugador o su representante, si lo tiene. Así van generando presión para sacar tajada de una mejor negociación. Como en casi todas las cosas, en el fútbol también se aplica "la ley del gallinero".

FUENTE: La Opinión.
FOTO: Castellanos.

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